Los contenedores semisoterrados EPO aprovechan la temperatura natural del suelo, siempre más baja que la de superficie. En combinación con su estructura interna, que evita la circulación del aire, se minimiza el proceso de fermentación y putrefacción de los residuos, previniendo el mal olor y los insectos.El almacenamiento vertical propicia la compactación natural, incrementando el peso por unidad de volumen (entre 1,5 y 2 veces). Su construcción sencilla y sólida no suele necesitar reparaciones ni mantenimiento.